La protección digital es clave para cuidar nuestra vida, nuestra información y nuestras luchas.
La tecnología es una aliada poderosa para comunicar, organizarnos y amplificar nuestras voces. Pero también conlleva riesgos que debemos conocer para protegernos.
La protección digital implica comprender cómo funcionan las herramientas que usamos, identificar sus riesgos y adoptar prácticas seguras. No existen soluciones mágicas: se trata de construir estrategias conscientes para preservar nuestra privacidad, seguridad y vida.
Protegernos digitalmente requiere compartir conocimientos, evitar conductas de riesgo, reconocer plataformas inseguras, y fortalecer redes de apoyo. La privacidad no es un lujo, es una necesidad, incluso si sentimos que “no tenemos nada que ocultar”..